La mayoría de las veces que se piensa en la palabra “jefe/a” la imagen que aparece en mente suele ir cargada de aspectos negativos y relacionados con la autoridad, falta de empatía, ejercer presión y demás. Sin embargo, dentro de las empresas se puede cambiar este pensamiento y lograr que esos puestos se desempeñen a través de un liderazgo positivo. ¡Vamos a ver en qué consiste!

El jefe o jefa se encarga de manejar al personal, cuenta con autoridad, inspira miedo, habla desde el “yo” y establece en otras personas la culpa ante un error. Sabe cómo realizar un trabajo, pero no lo muestra, ordena y utiliza a la plantilla, y se queda con el reconocimiento.

Todo lo contrario ocurre con una persona líder. En este caso orienta al personal, cuenta con altruismo y genera entusiasmo, haciendo uso del “nosotros/as”, colaborando en la reparación de los errores y mostrando cómo hacer el trabajo. Contribuye al desarrollo de las personas trabajadoras, otorga reconocimiento, y pide las cosas de forma asertiva, sin órdenes ni obligaciones.

De forma general, el liderazgo debe estar marcado por la empatía y la comunicación efectiva, habilidades sociales que también se han tratado en el post 4 Habilidades para mejorar en el trabajo en equipo. Ahora bien, ¿el liderazgo es siempre igual? No. Existen distintos tipos de liderazgo y es necesario conocerlos y saber en qué momento usar cada uno.

Tipos de liderazgo

  • Liderazgo participativo: En este tipo se contrastan opiniones y decisiones, la persona líder acepta las propuestas de las que colaboran en el desarrollo de una tarea. Se permite el debate y se favorece el trabajo colaborativo y los acuerdos. Tanto el estilo participativo como el liderazgo consultor se recomiendan utilizarlos cuando el equipo de trabajo tiene las capacidades y conocimientos necesarios para realizar una tarea, pero le falta motivación.
  • Liderazgo consultor: En este caso, se pueden contrastar ideas y opiniones, pero la decisión final es tomada por la persona líder del equipo. Es decir, se permite el debate, pero la toma de decisión está centralizada de quien lidera.
  • Liderazgo delegador: Se persigue la autonomía de cada integrante del grupo o equipo de trabajo, por lo que la persona que lidera delega tareas y responsabilidades, favoreciendo un trabajo colectivo y desarrollo del personal. Un liderazgo muy recomendado cuando en el equipo se cuenta con conocimientos, motivación y capacidades para desarrollar un trabajo.
  • Liderazgo directivo: Se trata del caso con más autoridad, ya que quien lidera establece qué hacer, cómo, cuándo y por qué hacerlo. En este tipo de liderazgo no hay cabida para los debates ni las ideas de colaboradores/as. Este tipo de liderazgo está más orientado para aquellos equipos donde se cuenta con motivación y capacidades, pero se carece de los conocimientos necesarios para realizar el trabajo propuesto.

Por tanto, además de las habilidades comentadas anteriormente, también es necesario que la persona que se ocupe de gestionar un equipo sea capaz de adaptarse dependiendo de la situación, la tarea a desarrollar y las personas con las que trabaja. ¿Cómo asegurar que las personas líderes en la empresa cuenten con habilidades como estas? Una opción es la formación en estas habilidades. Desde Teis Recursos Humanos contamos con diversos cursos tanto presenciales como online que podrían ayudarte en este proceso. ¡Si quieres conocer más información sobre ellos, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo!